jueves, 17 de marzo de 2011

DETALLES DE LA SEMANA SANTA SEVILLANA: LA CRUZ DE GUÍA DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ





La Cruz siempre presente. La Cruz siempre acompaña. La Cruz no abandona . La Cruz siempre actual. La Cruz siempre esperando.

La Cruz, "locura para unos", "toma tu Cruz", palabras que cada Lunes Santo resuenan en el corazón de Sevilla. Palabras pronunciadas hace casi dos mil años. Palabras pronunciadas junto al Lago de Galilea por un Hombre que sabía que subía a Jerusalén para tomar una Cruz y subir al Padre. La Cruz camino al Padre, la Cruz camino de reconciliación. La Cruz, siempre la Cruz.

La Cruz, "escándalo para otros". Aquel que subió a la Cruz para reconciliar al hombre con Dios, muere en medio de las burlas y el escándalo de los suyos: "A otros salvo, sálvese a sí mismo". "¿No eres Hijo de Dios? ¡Pues baja de la Cruz y creeremos en Tí". La Cruz motivo de burla, la Cruz convertida en un reto. La Cruz, siempre la Cruz.

La Cruz camino difícil para aquel que se atreve a cargar en su vida este instrumento de tortura, transfigurado desde la tarde del Viernes Santo y cada Lunes Santo en Sevilla en instrumento de Salvación para los creyentes y de condena para los que no creen. La Cruz, siempre la Cruz.
Y la Cruz de Guía en la tarde del Lunes Santo sevillano, mudo eco de la Palabra, sin más música que el silencio de la misma Palabra escúlpida en la madera: "Toma tu Cruz y sígueme". La Cruz, siempre, la Cruz.

La Cruz, la verdadera Cruz, no da privilegios. La Cruz, la verdadera Cruz, no concede honores. La Cruz, la verdadera Cruz, no es motivo de aplauso. La Cruz, siempre, la Cruz.

Quien acepta la Cruz no busca honores. Quien tomo la verdadera Cruz, no busca privilegios. Quien acepta la Cruz no quiere reconocimientos. Quien carga la verdadera Cruz no convierte su gesto en un acto de valor, quien carga la verdadera cruz no lo hace para que lo vean los demás, no quiere bandas que vayan alrededor de él, ni necesita palmeros que le jalen en su camino, ni cantan sus grandezas llevando la Cruz, no necesita más que el silencio donde poder hablar con Aquel que llevo primero la suya. La Cruz, siempre, la Cruz.

La Cruz, siempre presente, siempre actual y siempre negada y malinterpretada. Quien lleva la Cruz, la verdadera, no puede vanagloriarse de ella. ¿Acaso Aquel que desde la Capilla del Dulce Nombre recorre las Calles sevillanas cada Lunes Santo se vanaglorio de ella?

La Cruz, la verdadera cruz, se lleva en el interior del corazón del hombre, se habla con ella, y con las obras se habla de ella.

¡Qué fácil, Señor, besar la reliquia de tu Vera Cruz, en las calles de Sevilla, esa noche de Lunes Santo y luego con la misma boca negarte ante los hombres! La Cruz, la verdadera Cruz, es olvidarse de uno mismo y volcarse más en los demás, en Dios.

¿Acaso en nuestras cruces de oro, plata, madera, diamantes, ¡tan hermosas! ¡tan caras!estaría dispuesto a morir Jesús?

2 comentarios:

  1. Quien quiere agarrar esa CRUZ y tomarla como El
    hizo, es muy dificil, pero debieramos de pensar
    en su sufrimiento, y ayudarle a cargar con Ella.

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  2. Deberíamos aprender a cargar con esta cruz de una manera simple sencilla y llena de amor.
    Un besazo tato.

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