martes, 27 de octubre de 2009

Entre Palmas en Sevilla, un Domingo de Ramos.



Batid palmas de palmera,
batid ramas de oivo,
o ramas de laurel,
que sobre una borriquita,
el más humilde jumento,
entre aclamacionesy vitores
en la ciudad entra.

Reir, cantar hosannas,
que ya se apróxima,
a la Puerta del Salvador.
¡Quien fuera Zaqueo
para ver tan de cerca
como sobre un jumento
entra en Sevilla el Señor!

Afinad las trompetas,
templad los tambores,
que ya se presiente,
que ya esta por el dintel
entrando Jesús en Sevilla.

¿Quien quiso callar tu voz?
¿Quien oso silenciar su mensaje
y tapar sus oidos para no oír
su crítica, siempre, salvadora?

¿Quién temió su Palabra,
que vino a dar luza tato ojo ciego,
a tanto ávaro que para justificar su vida,
se apodera de la Palabra del Padre?

¡Cantad, vitoread,batid palmas y ramos,
que ya llega, que ya entra
en la Ciudad de Sevilla,
el Hijo del Carpintero!

Y en medio del jolgorio,
y entre tanta hueca algarabía,
otea el Señor el horizonte Sevillano
y ve como se alza una cruz,
y mirando entre las palmas
con amargura se pregunta:
¿Alguién, de verdad, me ama?

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
27 de Octubre de 2.009

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